lunes, 6 de julio de 2015

Adepte

Jugar contigo no es jugar limpio, tú no juegas, tú moldeas hacia tu equilibrio. Me recuerdas a un empresario rodeado de acero y cristales vanguardistas, aunque también tienes un aire a felino. Sí. Como una leona que se va de caza, tú cazas personas.
Juegas conmigo? Me pregunta tu boca. Yo absorto en ella juzgo por mí misma tus dones que van más allá del espacio que estudias. Claro que juego! Afirmo habiendo perdido toda noción de que estoy respirando. Sí señoras, esto es dependencia. No es avergonzante- me digo pero a la vez dudo entre si es pura ironía o en su defecto no lo es.
Pasemos a tu vocabulario de cazadora. Te he visto. Me han contado. Las paredes hablan de ti. De tu arrogancia hacia el mundo. De tu indiferencia hacia los que no son de los tuyos. Y de mi. Tú jugaste a juzgarme pero sin hacerlo y utilizaste la palabra "redimir ". Querías redimirme. Sabes? Tu ego aprecia sin lugar a dudas que esto va por ti pero me hubiese gustado gritártelo a la cara o susurrártelo al oído.
Creía que leías lenguaje de signos cuando te asombrabas de mi inexpresividad ante tus maullidos. Te has visto maullar?. Te has visto rugir? Pues yo sí. La voz se te endurece y me recuerda a un gesto de placer. Es así tu cara cuando follas? Y cuando haces el amor?.
Quiero un abrazo. Un beso tal vez. Los gestos son gratis, los paga el Estado. Y tú? Tienes estado? Me siento mal cada vez que adoras ser la musa y para mirarte me das unos prismáticos del revés mientras yo te pido una lupa. 
No te confundas. No es una declaración. Es una confesión. 

Llámame cuando lo entiendas y tráete la flauta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario