viernes, 10 de julio de 2015

Cómo hacer el pino-puente erotico-lúdicamente

Creo que es necesario intentar crear una sinestesia sobre papel cibernético para describir el voltaje que recorre mi cableado. Lamentable es la autocensura que me veo obligada hacer ya que esta confidencialidad entre mis lectores y yo iba a quedar presa en mi mente. Mi único objetivo era ordenarla en palabras para permitirme recrear el acto en cada una de sus potencias cuando mis ojos recorriesen sus líneas y evitar que momentos tan pragmáticos caigan en el olvido. Probablemente el hecho de la idealización lo haga aun más mágico ya que cuanto más giro la manivela de mis neuronas más éxtasis sale de la boca de Carmen. Ella tiene la culpa, bueno ella y la fruta. La fruta se difumina en sabores para que yo los pruebe y se venden en cigarrillos de madera y yogures del Mercadona, en packs de cuatro, siempre pares para que ningún sabor se quede solo. Puta vainilla. Pienso que hay conversaciones que se mantienen mejor jugando a ver quien pone a contrapelo la situación con cada uno de ellos mirando hacia la luna. La gritan desde abajo "tienes suerte, compartes bronceado con la mujer que esnifa viento francés mientras toca una canción sacando sonidos del interior de las costillas" . La luna responde agitada " no es posible robar tantos soles al universo si aquí arriba sólo hay uno y se está haciendo viejo".Y yo pienso " como me pillen los maderos cósmicos veras la multa por llevar uno tatuado en el brazo izquierdo".
Es exagerado lo diferente que se oye todo en mi cabeza, es como mil veces más lento, dos mil veces más ecléctico y tres mil veces menos ropa la que veo que te has puesto.

Una cosa es la que frena mi teatro y esa sí que no es producto propio. Muchas veces olvido el potencial que he tejido durante tanto tiempo para dejarme callar por voces que ya tienen mucho eco. Esas voces no se dan cuentan de que también se puede gritar en silencio. Qué tienes para ofrecerme tú a mi? Es una fea pregunta cuando se hace desde arriba, porque lamentablemente tú vida no transcurre haciendo volteretas por el suelo. 

El suelo es lineal y franco. Solo existe una posibilidad de trinchera, de soldado a soldado, y girar y girar hasta verle todas las caras al poliedro atrincherado.

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