lunes, 20 de abril de 2015

Monotonía en el tú, opresión en el ello

Y qué se hace cuando el filo de lo imposible, 
De lo que no ocurre mientras la vida transcurre,
Se vierte alienando los sentidos,
Que más extasiados que desvalidos,
Forjan entre mudos gemidos
Un pacto a corazón abierto?

La flecha de Cupido no implica un retroceso,
O se clava a despecho
O traspasa varios techos.
La lucha es entre neurona y cardio
Aunque es bien sabido que uno goza
Del beneficio de siempre salir ganado.
Su victoria no equivale a la felicidad eterna,
El éxito es efímero y me recuerda a tu presencia.

Entre líneas descubres un grito escondido
Y huyendo de todos los demás ruidos
Busco hasta en tus silencios
Para que te dignes a explicarme 
Cómo te has tomado la libertad 
De lanzar la piedra primero y
Echarle la culpa al aire.


sábado, 11 de abril de 2015

Cólera de una muerte anunciada

Me han robado. Siento rabia, siento ira, siento fuego porque me han robado. Me han robado algo que era mío, algo que yo había conseguido, que yo había luchado por ello. Todo lo demás era efímero porque eso me pertenecía. Y me da igual que no se pueda atrapar el aire con la mano y que me veáis como un monstruo cuando yo lo quiero encerrar en un tarro para disfrutarlo cada día. Yo te lo presté, lo compartí contigo y tú te aprovechaste, te llevaste parte de mí y además cometiste el peor hurto que podías haber cometido. Y me jode, porque me niego a seguir luchando si gané esa batalla. Hay mil batallas a elegir y te metes en mi guerra y me obligas a compartir bajo tus normas. Me haces buscar en el ego más hondo para ver si hay austeridad en mi corazón y gozo de un alma solidaria, pero no la tengo para eso. Lo he intentado pero no soy capaz de vivir conforme. Me resigno al odio y a los celos. Joder me has robado. Intento sacarte de mí cabeza pero no entiendo por qué ahora quieres ser uno más dentro de mis sueños. Déjame. No quiero tu mal, sólo que me devuelvas lo que es mío. 
En realidad soy una egoísta de mierda, o no, o no lo sé. El único sentimiento que desarrollo cuando lo pienso es fisiológico. Me hierve la sangre. Cada palabra lleva la misma cantidad de frustración, miedo y reticencia que de auto-crítica pero el puño cerrado llega antes que la otra mejilla.

Ya me he calmado. Luego reflexionaré con más claridad. Sólo sé que me han robado y no tengo derecho a pedir su devolución. 
Atentos al ladrón, no es justo condenarle por un crimen que cometo yo. Él ejecuta lo que mi temor le dice.

Díez minutos después y tras dos canciones de Sofía Viola, me siento mierda. Estoy equivocada o no?

martes, 7 de abril de 2015

Vacuum

Me resulta una atrocidad indescriptible la sensación espontánea de vacío. Hacía mucho que no sentía sus efectos. Analizando la fugacidad con la que ésta llegó y la resistencia que posee para irse, he determinado que alcanza su mayor potencial tras una situación de éxtasis. 
De repente, algo inquietante y adictivo altera la rutina despojándola de todo su significado para ofrecerle el de novedad en su lugar. La tarde ocurre aparentemente bajo la normativa de lo antinatural y la magia de la realidad contrastada. Los ojos se centran en fundir la caótica situación en un mundo acogedor y casi placentero, debatiéndose entre asumir que sí está pasando pero que ocurre bajo la ley física del ocaso que sufre todo sujeto. Más simple, todo lo bueno se acaba, todo se acaba (sin atribuirle ni la más mínima gota de pesimismo). 
Cuando en la noche se alcanza el máximo de la función solo queda la caída. La caída desemboca en el vacío. 
Yo veía desaparecer cuesta abajo toda ilusión de mi sangre a la par que me declaraba victoriosa por romper el día a día tan brutalmente. Y no estaba triste, no era decepción, era el puto vacío. Y ese vacío tenía nombre y apellidos. Era la sensación que describía  a la perfección el más maravilloso vuelo de un ave que contemplas atónito cuando no te queda más remedio que dejarlo libre tras haber descansado en tu mano. Lo quieres hacer tuyo, pero en realidad nunca lo ha sido. Sólo queda esperar o en su defecto incitar a que ese pájaro vuelva a elegir tu mano y aceptar su segunda huída. Tu segundo éxtasis, tu segundo vacío.