sábado, 9 de enero de 2016

No quiero seguir frenando

Y tú dices mami que no te acuerdas y en verdad, es verdad que borraste cassette.

Otra noche de azotea. Sigue la cera en las tejas que dan al patio interior. Me acuerdo de todas las noches que he pasado aquí. Todas las noches acompañada. Todas las que he estado conmigo. Todas las que me he muerto de frío. Ya he aprendido a tiritar como algo inevitable. Ya he aprendido a decir abiertamente que tengo frío sin esperar que alguien venga a calmarlo, porque en verdad ese alguien también tiene frío. A veces los fríos se juntan y hacen más frío; otras queman.

Me gusta haber abandonado la teoría de las musas. Escribir a un ser idealizado o a la idealización más real que existe de un ente es un hobby. Suena bailar contigo. Y en verdad sí quiero bailar contigo. En verdad sí. En verdad me gustaría vivir en un baile y aprender a bailar agarrada a muchas cinturas, a una cintura.

Veterinaria me satura y apasiona a partes casi iguales. Creo que ya he decidido qué hacer contigo. Claramente tú siempre supiste que ibas a hacer conmigo.

Llegas y rompes. Llegas y acompañas. Llegas y te vas. Llegas y vuelves. Nos juntamos en las curvas y en el rap. 

/Si mis vecinas levantasen la cabeza fliparían al verme en chandal en su azotea burguesa; no es un banco pero no leo en ningún sitio "prohibido sentarse"/

Yo os invoco hijas de Eva buscando una luz.

Quiero conocerte porque Jero me lo ha dicho. Queda otro cigarro. La capital de Inglaterra comparte cielo con la capital de Mirasierra o sólo son las nubes que pasan.
Yo creo que el cielo, como la amistad, es solidario. Bailas?.

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