viernes, 13 de marzo de 2015

Quema de brujas

La primavera, a fuego lento,arden las amapolas del convento.
Las drogas de sus estambres desmienten la libertad de un pueblo,
la sangre de Cristo la quieren en cascadas por el suelo.

Llega el verano, estalla el incendio, el rojo de las amapolas a juego con las cruces del presbiterio.
El pueblo pide clemencia a un imperio celestial, la cocaína sale más barata que el mármol del altar.
Se cobran su venganza. Pecado tras pecado.
Mientras, a escondidas, el cura y la monja se hacen un máster en herejía.
Tarde de cine, meras observadoras,
y como público pasivo,
ahí siguen las amapolas.

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